Por educación, por evitar un conflicto o por no lastimar a alguien,
cualquiera puede fingir que se encuentra a gusto en nuestra compañía,
cuando no es así. Es difícil que nos lo digan claramente, de manera que
deberemos recurrir a un lenguaje más difícil de silenciar y que envía
mensajes aunque no lo queramos: el lenguaje no verbal. Nos lo cuenta la
experta en comunicación personal Teresa Baró.
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